7.9.10

de crónicas GIGsenses

esto lo escribí cuando estábamos en Río, no lo acabé, pero les dejo lo que tenemos...

estoy despierta a las cinco de la mañana... quién lo diría?! then again, acá son las siete, pero aún así es temprano. y ayer no nos dormimos exactamente temprano. acabo de salir al balcón. y todo el mundo parece estar despierto. la vida en Río empieza temprano, y hasta ahora, para nosotras la menos, también acaba temprano, aunque estoy segura que hay mil cosas que hacer de nochoe, solo que aún no las hemos descubierto...

y bueh, el resumen hasta ahora:
salir de México, como suele ser para mi con cierta aerolínea, fue lo más mejor que una puede esperar. cuando la gente empezaba a pasar, yo pasé a la prima por la fila preferente y el mismísimo supervisor cortó nuestros pases de abordar, la SS había advertido al Jefe de Cabina, que nos recibió adorablemente y la crew que teníamos para atendernos sabían quiénes éramos, nos trataban por nombre y fueron todos adorables. llegando a Santiago se me acabó la suerte, claro.

la frecuencia que yo quería tomar, estaba, y me costó verlo en un papel para aceptarlo, cancelada. así que, a pesar de todos mis esfuerzos, tendríamos que pasar un día ahí. sacamos las maletas mientras nos poníamos de acuerdo en que hacer. el plan de pasar la noche en el aeropuerto no sonaba tan descabellada, ya que estabas ahí. también estaba la posibilidad de pasarla en un hotel, dependiendo de mi descuento, y así barajamos posibilidades.

buscando los lockers, que habíamos decidido, sería la mejor opción para lo que decidiéramos hacer después, encontraos a un tipo, bastante amable que nos desglosó nuestras oportunidades. ayudando con tarifas de hotel, hosteles y situaciones similares. decidimos que al final el aeropuerto seguía sonando como la mejor idea, así que guardamos las maletas, sacamos lo indispensable y salimos a Santiago. yo, para ese punto, ya estaba bastante de malas, pero tolerando. para cuando llegamos al centro, que fue nuestra primera parada, estaba terriblemente de malas. la prima y yo nos peleamos, nos gritamos, discutimos, y no había pasado ni un día de vacaciones, vaya inicio!! aunque habíamos decidido de antemano que Santiago sería el único lugar dónde pelearíamos, el resto del viaje teníamos que estar bien. no creo que hubiéramos esperado cumplir esta parte tan a la regla, though...

ella quería ir al baño para lavarse los dientes, así que buscamos un lugar dónde hacerlo. creímos que un lugar medio público posiblemente estaría medianamente limpio. craso error. entramos a un BK, yo pedí un pay de manzana, como excusa para usar el baño y la prima entró primero para lavarse los dientes, cambiarse y demases, yo me acabé el pay y la alcancé. LOS-PEORES-BAÑOS-DE-LA-HISTORIA!!!! no lo voy a describir pq esto se convertiría en lago bastante escatológico, pero con eso y decirles que me están dando náuseas de solo recordarlo, creo que se pueden hacer una buena idea de en que estado encontramos los baños. fuimos muy valientes. nos cambiamos, la prima se lavó los dientes e incluso usamos los baños!! y espero no tener que hacerlo nunca más en esta vida.

de ahí, si no me falla la memoria, nos fuimos a la universidad de C, para ver si la encontrábamos. pedimos direcciones y valientemente entramos al metro, en búsqueda de la princesa encantada, custodiada por miles de estudiantes que tal vez nos impedirían el verla... llegamos vivas a la universidad, y (des)afortunadamente, ningún taxista murió en el intento. recorrimos la universidad de pies a cabeza, y tal como me lo imaginaba, sin señales de C. en casa no contestaban y nosotras seguíamos de pie por puro milagro divino. luego de perdernos en la uni, dónde fue difícil encontrar la facultad, pero más difícil regresar a la salida, encontramos unos teléfonos públicos, marcamos a casa de C... y si, ahí estaba ella. DMN! C y la prima discutieron las posibilidades, lo cual resultó en V apareciendo mágicamente en la avenida que da a la salida. cual película, la prima gritó su nombre, tiró la mochila y corrió hacia ella... ok, no. pero si dijo si nombre y caminó muy rápido con la mochila en hombros. estábamos salvadas.

V dijo que nos llevaría a casa, fue por sus cosas y regresó con dos chicos. raro... nos presentó a los chicos y todos salimos felices y contentos. los chicos por un lado, nosotras por otro. llegamos a la residencia [inserte apellido]. nos alimentaron e insistieron en que debíamos dormir. y es que no era para menos, las dos teníamos cara de que nos había arrollado un tren; o de haber pasado ocho horas en un avión, dos en metro y cinco caminando por la ciudad, y eso sin contar las travesías del día anterior! subimos a las habitaciones, y como era de esperarse, ninguna de las cuatro durmió nada. chismeamos lo que se podía chismear, y se nos fue la tarde. llegó la familia de las chicas y bajamos a comer algo. para eso ya hacía frío afuera y se había decidido casi sin decidir que nos quedaríamos ahí. cosa que a mi no me hizo nunca demasiado feliz, pero no puedo decir que no agradecí la cama, el calentador y la bolsa de agua caliente.

habían pedido ya un taxi que nos recogiera la mañana siguiente, y para las cuatro de la mañana estábamos nuevamente en el aeropuerto. hora de esperar. fuimos a la sala y dormimos las horas que nos quedaban. tuvimos una pequeña pelea de nuevo pero se nos pasó para cuando entramos al avión. después de todo, habíamos dicho que solo pelearíamos en Santiago, ya que llegáramos al fin a Río no teníamos permiso de pelear. y al fin estábamos en camino a Río!!

en el camino del aeropuerto al hotel, comprobamos que nos habían engañado. no podía ser Río!! nos habían prometido millares de chicos hermosos caminando por las calles, y en todo el trayecto solo habíamos visto a uno medianamente lindo. esto no pintaba bien... además, la noche estaba nublada y hacía frío. exijo un reembolso!!

llegamos a bañarnos, después de todo, llevábamos casi tres días con la misma ropa y sin una gota de agua en nosotras. luego de bañarnos ya estaba bien obscuro afuera, así que salimos a caminar, buscando algo que comer. como buenas turistas en el primer día en un país extraño, encontramos el lugar más caro de todos los lugares caros del mundo. pero comimos algo, y nos tomamos nuestras primeras caipirinhas!! solo que era de noche y hacía frío, y dichas bebidas, obviamente para una tarde en la playa, tenían hielo, pero valió la pena. brindamos por estar al fin en Río, por haber sobrevivido el viaje y por la pura felicidad de estar ahí. regresamos al hotel y... si, dormimos. lo triste no es haber dormido, lo triste es que no saben que tan temprano era!! no se si deba decirlo, toda mi reputación de vampiro se va a ir al caño con esta afirmación pero deben saberlo... eran las siete de la noche, lo cual ya es bastante deprimente por si mismo, pero más deprimente si saben que en nuestro horario biológico, aka, en México, eran apenas las cinco.

nos despertamos el día siguiente a las doce. más de medio día dormidas! pero en serio que estábamos muertas. no sabíamos aun que sería de nuestras vidas, así que hicimos lo único que nos quedaba. buscar dónde cambiar el dinero y a la amiga de la amiga de la amiga de la amiga de la amiga de mi tía, está bien, no es una amiga tan lejana, pero así se sintió.

tuvimos que caminar hasta la playa vecina para encontrar la calle, y de ahí había que encontrar el edificio, pero, nuevamente, lo logramos! nos dijeron que ahí no vivía, que no la conocían y que nos fuéramos, muy amable la gente. lo bueno es que iba saliendo una señora que aceptó hablar con nosotras. hablaba español, lo cual es una bendición cuando te das cuenta que el portugués en realidad no es tan parecido al español como todos te hacen creer. nos dijo dónde podíamos comer barato y nos llevó a una casa de cambio. le agradecimos a la señora, yo creo que más por poder escuchar algo de español que por lo demás. el lugar que nos enseñó, que era comida por kilo, era un poco aterrador, así que nos fuimos a otro cerca de ahí, aunq si, un poco más caro. caminamos de regreso al hotel.

el panorama para la tarde pintaba bien, había un buen sol, había chicos lindos y estaba la playa. al fin! así que regresamos al hotel, nos pusimos los trajes de baño, salimos a la playa y... el sol había decidido que ya era demasiado de estar de este lado del planeta y se había ido detrás de los hoteles a esos países lejanos que no lo necesitan tanto como nosotras en ese momento... así que ese día nos contentamos con caminar por la playa. no tienen idea de que arena más increíble!! suave y limpia, increíble! con chicos corriendo por la playa sin playera y en traje de baño, definitivamente un lugar adorable!

regresamos al hotel luego de caminar hasta el Fuerte de Copacabana y de regreso. para nuestra concepción citadina de ver las cosas, debía ser muy tarde pues toda la luz se había ido, así que regresamos al cuarto, admiradas de lo rápido que se nos había ido el día. oh sorpresa, que al llegar al cuarto y ver la hora, no habían dado ni las siete. subimos a la alberca a nadar un rato, al menos para desquitar que nos habíamos puesto los trajes. ya que decidimos que era lo suficientemente tarde regresamos al cuarto, nos bañamos y... no teníamos más que hacer. así que intentamos llamarle a la tal amiga , para ver si teníamos más suerte por teléfono que en persona. esta vez funcionó! nos ayudó a elegir un city tour barato, que ninguna de las dos somos muy fanseses de ser acarreadas como turistas, pero turistas somos, al fin y al cabo. platicaron un buen rato y nos recomendó dónde comer, que hacer y así.

aún era muy temprano y no queríamos repetir lo de la noche anterior. no habíamos podido llamarle a B, la amiga de mi tía para que nos ayudara en esa parte, así que optamos por lo más sencillo. ya bañadas y listas, bajamos a chacharear a los puestitos de fuera del hotel. si compráramos algo ahí o en Coyoacán, ninguno notaría la diferencia y tendrían que confiar en nuestra palabra de que lo comprado es realmente brasileño, tonteamos un buen rato, pero yo tenía hambre, así que salimos de nuevo en camino del fuerte, pero esta vez por la calle, en busca de algo de comer, una tiendita o algún símil. nuestra búsqueda fue inútil, así que nos veíamos resignadas a compartir un Snickers que aún sobrevivía.

no fue necesario, gracias a Hades! el antes mencionado dios puso en nuestro camino una luz brillante que nos guió a un puesto de empanadas. lo cual es decir, tacos brasileños. era la imagen que daba, como en México ves puestos de tacos con gente de comiendo pie, así era este puesto, solo que vendía empanadas. con el poco pero eficiente portugués de la prima logramos hacernos entender y nos propiciamos una deliciosa cena de solo seis reales (algo así como tres dólares) lo cual incluía un jugo de mango espeso y frío y delicioso, pero más que nada, natural; y dos empanadas grandes de carne. muy bueno. además, mientras nosotras terminábamos de entendernos con el señor empanadero, una pareja llega a nuestro lado e intenta también hacerse entender, con menos éxito que nosotras. se lo hago notar a la prima e inspeccionamos a la pareja. al recibir nuestra comida, exclamamos en alto y en español. la señora se nos acerca y ellos están tan felices como nostras de encontrar a alguien con quién comunicarse. les explicamos de que son las empanadas, hasta dónde nosotras entendimos y nos vamos todos felices.

llegamos al hotel, aún sin sueño y repasamos los planes para el día siguiente, dormimos al fin a una hora más humana, la una de la mañana y se nos acaba el segundo día.

regresamos entonces al punto en el que eran las cinco de la mañana en México y yo estoy despierta. ahora son casi las siete y la prima sigue dormida, no se si despertarla o dejarla dormir... y era ella la que quería despertar súper temprano y hacer mil cosas! en este punto ya apagó su despertador dos veces y sigue durmiendo. será que salga por mi cuenta? ya les seguiré contando cómo van las cosas acá.